En el post anterior explicamos la importancia de priorizar el control del dinero que tenemos disponible (Cash flow) para la gestión económica de nuestra empresa. Ahora, detallamos 6 acciones que te ayudarán a llevar un buen control sobre la evolución de tu flujo de caja:
1.- Control mes a mes: Quienes vemos proyectos empresariales regularmente nos solemos encontrar con que los promotores tienen hechos números anualizados. Este es el primer error a evitar, ya que a lo largo de cada año habrá períodos con diferente intensidad, tanto de ingresos como de egresos, por lo que es fundamental trabajar con números mensuales.
2.- Periodicidad de cobros y pagos: No es lo mismo hacer una venta que cobrar una factura (a menos que sólo trabajes de contado), así que una de las cosas que debes tener definidas es el período promedio de cobro (puede que lo que vendas en marzo lo cobres en abril o en mayo y será entonces cuando el dinero esté disponible en tu caja). Sucede lo mismo con los pagos, lo que te sirve un proveedor A puede que sea al contado, pero el proveedor B te da 30 días de plazo para pagarle.
3.- No te olvides de los pagos a la seguridad social: Cada trabajador que contrates tiene un «coste añadido» que varía en función del salario bruto que le vayas a pagar. Esto se conoce como Coste de empresa y no has de olvidar contemplarlo porque podría causarte desajustes en tu flujo de caja ya que cada mes, además de los 1.000€ que le pagarás a tu trabajador (por ejemplo), le tendrás que pagar a la Seguridad Social el coste de empresa que éste genera (es bastante habitual calcular un 33%).
4.- Mucho cuidado con el IVA: Lo del IVA podría requerir todo un post, pero para centrarnos en el tema del flujo de caja te explico; haz todos tus cálculos SIN IVA (ventas, compras y gastos) y lleva a parte el control del IVA que has pagado o cobrado (se suele hablar de IVA soportado -el que pagas- e IVA repercutido -el que cobras-). Si has cobrado más de lo que has pagado NO USES ESE DINERO COMO SI FUERA DE LA EMPRESA (y mucho menos tuyo). En marzo, junio, septiembre y diciembre de cada año has de declararlo y «pagárselo» a la Agencia Tributaria (si estás leyendo este post fuera de España, tendrás que informarte sobre la fiscalidad propia de tu país).
5.- Atento con los impuestos: En función del tipo de negocio podría haber variaciones, pero lo más habitual es que a nivel de impuestos (al margen del IVA del que acabamos de hablar) toque pagar el Impuesto de Sociedades si la empresa ha tenido beneficios. En función del beneficio que haya dado la empresa el año anterior tendrás que calcular cuánto toca pagar, pero puedes «asumir», ya que es lo más habitual, que será un 25%. Este pago ha de realizarse como máximo los primeros días del mes de julio.
6.- Antes de despedirme, un último consejo: no «apures» demasiado. Recuerda que esto son previsiones y que podrían no cumplirse, así que aunque tu caja «no se ponga en rojo» porque (en teoría) tendrás 227€ en el banco, date un poco más de margen y ten preparadas soluciones alternativas (postergar pagos, ajustar plantilla o entrada de dinero, bien por vía de capital o de endeudamiento).
En próximos posts, seguiremos tratando temas de gestión económica para Startups.
Un saludo y hasta la próxima,
Fdo. Carlos Cendra (@CarlosCendra)