Cómo avanzar en tus actividades a pesar de los imprevistos

Atendiendo a la definición estricta de imprevisto, aquello no previsto, del verbo prever, nos encontramos con algo con lo que no contábamos de antemano y aparentemente no estamos preparados. Una gran oportunidad por otro lado de poder cargar toda la responsabilidad de nuestra falta de resultados precisamente a ese evento que se ha cruzado en nuestro camino de forma inesperada, No? 😉

La opción responsable sin embargo, y la que propongo comentar en este post, es precisamente asumir toda la responsabilidad sin echar la culpa ni quejarnos de los caprichos del destino que nos han traído hasta la situación en la que nos encontramos.

Revisa tus actividades de antemano

Es la base para poder tratar con imprevistos.  Si no tienes nada planificado, ¿Cómo distingues entonces los imprevistos? todo se convierte en imprevisto (e imprevisible). En los posts que hemos publicado sobre cómo organizar tu agenda o realizar un repaso semanal tienes consejos para comenzar a salir de un modo reactivo en el que no hay una prioridad clara en ninguna de tus actividades.

Decide / No Pospongas

Por definición un imprevisto necesita atención inmediata. Desatenderlo por no tener claro a qué dedicar el tiempo es posponer lo inevitable y aumentar los requisitos de energía que necesitarías si lo atendieras más adelante.  Por tanto, concéntrate en atender el imprevisto y usa todos los recursos a tu alcance para darle salida. Para ello es fundamental que mantengas el foco en el momento presente y evitar distracciones. Vale, no va a ser fácil, pero se trata de no hacerlo más difícil encarando la situación con queja, enfado o desesperación.

Algo que te lleva menos de 2 minutos no es un imprevisto

Muchos de los «imprevistos» con los que puedes encontrarte en tu día son en realidad acciones de menos de dos minutos disfrazadas de problema. Recuerda la regla de los 2 minutos de GTD: Si la acción que te hace avanzar en el tema abierto requiere 2 minutos o menos, realízala de inmediato. Invierte esos dos minutos o menos en las acciones que hagan avanzar ese tema y tendrás doble beneficio: aliviarás de una forma ejecutiva el estrés del imprevisto (disfrazado), y darás un paso más para cerrar ese tema abierto.

Espera lo inesperado.

Si bien parece una frase que invita al pesimismo, más bien significa todo lo contrario. Todos los imprevistos aparecen por alguna razón, que casi siempre está relacionada con las acciones que has realizado. Aceptar que en realidad los imprevistos siempre han formado y formarán parte de tu plan es la actitud que mejor te ayudará a usarlos a tu favor. Si paulatinamente comienzan a aparecer menos imprevistos en tu vida, no es casualidad, es simplemente que has dejado de llamarles por ese nombre.

Fdo. Raúl García (@rull)

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